Cuando acaricio tus cartas
deja que tu dulce presencìa
pinte mi mundo de color.
Este día transite por el sendero de tu sentir
en cada carta que me enviaste
desde el primer día en que te reencontre....
palabra a palabra se prendían
como leves gotas de rocío en mi retina.....
¿Cuantas lunas han pasado ?....
no lo se....
solo se que mi corazón palpita en demasìa....
cuando deslizo el mirar en ti....
de igual forma te intuyo y te percibo.....
me entretengo en la ventana....
en el cielo se empiezan a difuminar
las nubes blancas....
dando paso a las ultima luna de octubre..
meciéndose entre tonalidades rojizas....
Pienso en ti....
en como sin estar entrelazado
nuestro diario devenir.....
te conozco
en cada palabra...
en cada sonido que emana de tu voz...
sin ser una gitana....intuyo tu paso por la vida..
alegrías ...las sonrisas.....y nostalgias
que te invaden el alma y corazón...
Beatrice
Por muy agradable que sea reconocerse en la cercanía de la mirada o en la suavidad de las yemas de los dedos -que, sin duda, lo es- mucho más lo será siempre, reconocerse en la nobleza de la intención y en la belleza del sentimiento.
ResponderEliminarHay algo, más allá de nuestra inmediata corporeidad, que nos une y que nos hace acompasar el paso, el ánimo, el sentir... En ese acompañamiento se difumina nuestra sensación de soledad y se basa nuestra alegría.
Tomo tus palabras para decir:
“Cuando acaricio tus cartas
deja que tu dulce presencia
pinte mi mundo de color.”
Tu canto es el canto del misterio de la vida. Una verdadera delicia para el alma.
Un gran abrazo.